Por métodos de aprendizaje
entendemos procesos de formación que abarcan y estructuran una acción formativa
completa. El método más habitual, y más tradicional, es el expositivo, la clase
de siempre. Bien realizado es un método útil y eficaz, y consiste en una
exposición lineal de contenidos al hilo de la cual se introducen las
actividades prácticas, los debates y las pruebas que garantizan la transmisión
de conocimientos y destrezas.
Pero existen otros métodos capaces también de
estructurar una acción formativa de principio a fin, diseñados para aumentar el
interés de los alumnos y promover su compromiso con el proceso de aprendizaje,
como el aprendizaje por proyectos o el método del caso. Estos métodos son
formas de diseñar acciones formativas completas (un curso entero, un módulo o
una unidad de un módulo), y cada uno de ellos, partiendo siempre de los
objetivos de aprendizaje iniciales, tiene su propia manera de ordenar y dar
sentido a los contenidos, las actividades y las pruebas de evaluación de que se
compone la acción formativa.
Las actividades o prácticas tienen un
interés especial, ya que son los ensayos de las destrezas que la acción
formativa quiere transmitir. Hay actividades de eficacia probada que promueven
la participación y la compartición de experiencias que son necesarias en la
formación en entornos profesionales.